Antonio y Enzo, hermanos y socios comerciales, nos reciben en lo que es prácticamente su hogar, el restaurante Caterina en Formentera. Les pedimos que nos contaran sus experiencias en la isla y, sobre todo, cómo surgió su proyecto de restaurante.

Antonio y Enzo, ¿cuándo vinieron por primera vez a Formentera?

Mi primer encuentro con la isla, cuenta Enzo, ocurrió en 2002. En ese momento trabajaba con mi hermano en el bar familiar, el Titanic en Milán, y, justo al comienzo del verano, me dejó la chica con la que estaba. Las vacaciones se acercaban y como el bar siempre cerraba todo el mes de agosto, un amigo me propuso ir a Formentera; durante años había trabajado como barman de temporada en el Big Sur (ahora Beso Beach) y en Bananas. Debería quedarme con él en la casa del personal y eso no me molestaba, también porque muchos de esos chicos frecuentaban el Titanic en invierno. Sin pensarlo dos veces acepté la invitación con la intención de quedarme una semana en la isla.
Sin embargo, el caso quiso que, nada más llegar, un chico del personal se lesionara y, Bruno Bortot, dueño del Big Sur y Bananas, me pidiera que me quedara para echar una mano. ¡Así que hice de barman durante todo el mes de agosto y me enamoré perdidamente de Formentera!

Llegué a la isla -continúa Antonio- al año siguiente, en 2003. Enzo, con sus historias, no pudo más que despertar mi curiosidad y, como acababa de ser soltero, partimos juntos en agosto. Dadas nuestras habilidades, Bruno nos puso a trabajar entre el Big Sur y el Bananas. Fue en ese período que me cautivó la magia de Formentera.

En 2004 decidimos vender el Titanic y seguimos trabajando en la isla durante varios años.

¿Cuándo y cómo surgió la idea de abrir un restaurante en Formentera?

La idea del restaurante llegó después de varias experiencias laborales. Tras la venta del bar, además de las temporadas de verano en la isla, en los inviernos de 2008 a 2010, nos trasladamos a Florida para trabajar en un pequeño restaurante boloñés en la ciudad de Sarasota. Fue Alice, una amiga que conocimos en Formentera, quien nos involucró en esta aventura. Para nosotros fue el comienzo de una nueva etapa: siempre habíamos trabajado en los bares de nuestros padres, pero nunca en un restaurante. La oportunidad de probarnos en otros roles representó para nosotros una gran oportunidad.
Antonio -cuenta Enzo- dada su pasión por la comida, eligió estar en la cocina junto al chef Claudio Ronchi, mientras que yo trabajaba en el comedor.

Para la gestión del restaurante, ¿tienen una división de roles bien definida o comparten cada elección?

Hay algunos puntos clave que compartimos al 100%, como la elección de solo productos de alta calidad, la atención al cliente y, en general, el hecho de que la experiencia en Caterina tenga ese algo extra. En concreto – dice Antonio – me dedico a la búsqueda de materias primas y sigo al chef y a los chicos en la cocina. Enzo está omnipresente en el comedor, recibe a los clientes, toma los pedidos y coordina al personal que atiende las mesas.
Sin embargo, esto no significa que nuestros roles sean estáticos: siempre interactuamos entre nosotros porque creemos que la confrontación siempre puede enriquecernos.

¿Cómo nació el nombre Caterina?

Encontrar un nombre para el restaurante no fue fácil. Al principio pensamos en llamarlo «Al Pozzo», debido a la presencia del pozo, o «Al Calesse», pensando en comprar un calesa para colocar en el jardín. Fue entonces durante una cena, donde estábamos discutiendo precisamente el nombre que le daríamos al restaurante, que una amiga nuestra tuvo una intuición que resultó ganadora. Pensando en la ubicación, la decoración de estilo shabby chic y, en general, la atmósfera íntima y sugerente que habíamos creado como hermanos, nos preguntó cómo se llamaba nuestra madre: Caterina, y de inmediato supimos que ese sería el nombre correcto para nuestro restaurante.

Además, no solo está el componente afectivo que nos une a este nombre – cuenta Enzo – es también el hecho de que Caterina es uno de los nombres más difundidos en el mundo: Catalina en español o Katharina en alemán y así sucesivamente. Un nombre internacional es fácil de recordar incluso para la clientela europea, y no solo, que frecuenta la isla.

¿Qué tipo de cocina se puede encontrar en su restaurante?

Nuestro menú ofrece cocina tradicional italiana, en el sentido de que el método de preparación de los ingredientes se realiza como es costumbre en nuestro hermoso país – explica Antonio -. A la carta tenemos, por ejemplo, la presa ibérica que, si un cocinero español la cocinara a la plancha, nosotros, fieles a nuestros orígenes italianos y a la cocina de nuestros padres, la proponemos con una reducción de vino y parmentier de patatas.
Incluso el filete Wellington, una receta de origen anglosajón, se cocina a nuestra manera respetando la tradición culinaria italiana. Es el procedimiento de cocción y las combinaciones de ingredientes lo que nos distingue – concluye Antonio -.

Hay muchos platos que presumen de combinaciones inusuales. ¿A qué se debe este refinamiento?

Se debe a Massimo Meoni, un gran chef que comenzó con nosotros y que nos ha ayudado mucho. Al principio no teníamos experiencia en el mundo de la restauración, aparte de las temporadas de invierno en Florida, así que Massimo nos guió hacia lo que ahora es nuestra huella culinaria. Fue él quien nos dijo claramente que uno de nosotros dos debía dedicarse a la preparación de platos de 360 grados. Antonio -cuenta Enzo- era sin duda la persona más adecuada dado su bagaje de experiencias. Fue por tanto Massimo quien nos guió en la construcción de nuestro menú y en la idea de una cocina tradicional pero siempre renovada.

Su capacidad de ver más allá, por ejemplo, deconstruir un plato y presentarlo de forma diferente o crear combinaciones inéditas entre diversos ingredientes, sigue siendo uno de nuestros puntos fuertes. Siempre tratamos de renovarnos proponiendo algo original. Los platos deben permanecer en la mente del cliente para que tenga ganas de venir a visitarnos año tras año.

Entonces Massimo Meoni les ha dado la impronta. ¿Ahora cómo cultivan la creatividad culinaria que se encuentra en su restaurante?

Inspiramos en todo, realmente, dicen Antonio y Enzo al unísono. Por ejemplo, cuando vemos una película y hay un actor que prepara un plato nuevo para nosotros o menciona ingredientes desconocidos, nuestra mente se activa de inmediato para tratar de averiguar de qué se trata. Con el tiempo, hemos desarrollado una sensibilidad totalmente orientada al mundo de la cocina y la restauración en general.
Los viajes también influyen mucho en nuestra búsqueda de nuevos sabores y recetas. Las albóndigas que tenemos en la carta, por ejemplo, nacieron de una tapa que probamos en un mercado callejero durante unas vacaciones en Menorca.

Si tuvieran que recomendar un plato a sus clientes, ¿cuál sugerirían?

Por lo general, explicamos un poco todos los platos, salvo que alguien ya tenga las ideas claras. Nuestro trabajo nos lleva a aconsejar al cliente solo en determinadas ocasiones. Por ejemplo, si una mesa pide un entrante para compartir y pide la crema de garbanzos, en ese caso lo dirigimos hacia otro plato por una cuestión de practicidad. Siempre tratamos de leer entre líneas los gustos del cliente para guiarlo hacia algo que lo pueda satisfacer completamente.
Sin embargo, nosotros personalmente tenemos nuestros dos platos preferidos: yo amo la carbonara con gambas – dice Antonio – mientras que yo los strozzapreti cacio e pepe con pulpo, concluye Enzo.

Además de la comida, el ambiente que has creado en Caterina es definitivamente escenográfico, perfecto para los amantes de las fotos de Instagram. ¿Quién cuida todos los detalles que lo hacen tan mágico?

Soy yo – interviene Enzo – quien me ocupo en su totalidad de la ubicación de Caterina. Siempre he tenido una gran pasión por la arquitectura y el diseño de interiores. Me inspiro principalmente en las imágenes que encuentro en la web, pero en general, mi ojo siempre está atento al entorno que me rodea. Puede ser el detalle de un edificio o tal vez algo que noto en una escena de una película. A menudo son entradas descontextualizadas que captan mi atención y, si me impactan, me encanta insertarlas dentro de Caterina Formentera.

El área de cine nació entonces de una sugerencia?

Exactamente, precisamente de una escena de una película. Es una idea que queríamos desarrollar ya hace años, pero luego con la pandemia todo se bloqueó. Ahora finalmente hemos montado el espacio con el proyector y los sofás. Básicamente es un área dentro de nuestro jardín donde puedes relajarte después de la cena o tomar un descanso para fumar. Estamos muy orgullosos de esta novedad ya que representa una evolución en términos de configuración, que siempre nos importa mucho.

En línea con la filosofía del restaurante, que prevé una experiencia culinaria íntima y relajada, las películas que proyectamos son rigurosamente sin sonido y de un estilo no invasivo, pero casi decorativo, escenográfico; películas de Charlie Chaplin, Stan Laurel y Oliver Hardy, Buster Keaton y así sucesivamente. En breve también deberíamos introducir dibujos animados para entretener a los más pequeños. El género siempre será el mismo, es decir, esos dibujos animados retro de Disney como el famoso Steamboat Willie.

Entre los tantos detalles para fotografiar, también hay un postre originalísimo: el cigarro de chocolate con aroma de Montecristo. ¿Cómo surgió esta idea?

Vi este dulce por primera vez en un restaurante de Milán -dice Antonio-. Sin embargo, era algo que en mi opinión no estaba completamente terminado. La presentación y algunos detalles podían mejorarse y, dado que de todos modos la idea general podía tener un gran resultado, decidí estudiarla y perfeccionarla.
Para llegar a la definición de nuestro cigarro hicimos numerosos intentos: desde ahumar las obleas, pasando por las pruebas para simular la ceniza, hasta el pequeño frasco que contiene el humo. Nada se ha dejado al azar y nos complace ver que sigue siendo uno de nuestros postres más solicitados.

¿Tre razones para cenar en Caterina?

Sin duda, por la calidad de los productos, la cálida pero no invasiva bienvenida y la ubicación cuidada al detalle. Estos son, en nuestra opinión, los puntos fuertes de nuestro restaurante. Porque – Enzo quiere señalar – se puede comer bien en cualquier lugar, pero no se trata de salir de un lugar con la barriga llena, ahora se espera que te involucres en algo que estimule los 5 sentidos. Y eso es lo que intentamos ofrecer a nuestros clientes aquí en Caterina en Formentera.

Formentera es una isla frecuentada por celebridades. ¿Hay algún cliente habitual que elija su restaurante durante sus vacaciones en la isla?

Sí, estando presentes desde hace muchos años en Formentera, hay quienes incluso nos conocen desde que trabajábamos en el Big Sur y en el Bananas. Paolo Bonolis es uno de ellos, por ejemplo. Federica Nargi tampoco deja de venir a visitarnos.
Luego, según los años, pasan varias caras conocidas, pero nos gustaría aclarar que no es precisamente la popularidad del personaje lo que cambia nuestro estilo de restauración. La bienvenida y la cortesía son los puntos fuertes de nuestra forma de trabajar y, quizás, es precisamente esto lo que aman tanto las celebridades como todos los clientes que nos eligen año tras año.

¿Cuál es su lugar favorito de la isla?

Para mí – cuenta Enzo – el faro de la Mola es uno de los lugares donde siento una gran sensación de paz. Pero también la playa donde una vez estuvo el Big Sur (Es Cavall d’en Borras) es un lugar emblemático: me atrapan los recuerdos y mi mente se sumerge en el pasado.

Para mí, en cambio, es la zona del puerto – continúa Antonio – donde una vez hubo un bar con una pequeña terraza y me encantaba sentarme allí a observar la vida pasar. Ahora, lamentablemente, todo es más caótico, pero La Savina, en mi opinión, siempre tiene su encanto.

Vivimos aquí desde hace unos 20 años – dicen al unísono – y hay muchos lugares que amamos, especialmente por los buenos recuerdos que nos unen a esta isla.

¿Dónde os veis dentro de 10 años? ¿Siempre en Formentera?

Quizás no en Formentera – responden Antonio y Enzo a coro – esta vida a caballo entre Italia y la isla podría pesarnos dentro de 10 años. Los inviernos aquí nunca son particularmente estimulantes y no descartamos la idea de establecernos en un lugar, como por ejemplo Milán, donde crecimos.
En concreto, a mí me gustaría abrir una tabaquería – dice Enzo – aunque, conociéndome, creo que una actividad tan pequeña podría cansarme al poco tiempo y probablemente me encontraría planeando otro bar o restaurante.

En cuanto a mí – prosigue Antonio – me gustaría abrir un pequeño hotel en una localidad costera pero, también como Enzo, no me conformaría fácilmente. Probablemente con el paso de los años buscaría hacer algo mucho más articulado y de un pequeño hotel pasaría a construir una estructura hotelera de un nivel superior.

¿Dónde se encuentra exactamente Caterina Formentera?

Se encuentra en la carretera que conduce a La Mola, en el km 12.3. Viniendo de Es Caló, es fácilmente reconocible a la derecha ya que la entrada no pasa desapercibida. ¡Estamos abiertos todos los días a partir de las 20:00 horas y los que quieran visitarnos pueden venir incluso para tomar una copa o un postre después de la cena!

Aquí hay más información sobre el restaurante Caterina en Formentera:

Página Instagram: https://www.instagram.com/caterinaformentera/

Página Facebook: https://www.facebook.com/Caterinaformentera1957

Número de teléfono: +34971327472

 

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